Ramsés trabajo un proyecto muy interesante, llevaba casi todo el día conectado en la red social facebook.
Las primeras semanas fueron de acercamiento y reconocimiento.
Establecer los límites, los espacios personales, y los espacios que se compartirían,
No fue difícil, puesto que ambos teníamos el don de la comunicación y el respeto.
La amistad fluyo naturalmente.
Quien eres, que eres, que quieres, que buscas… fueron algunas preguntas que se contestaron al compartir las comidas juntos.
Ramses Larzabal fue un ejemplo vivo para poder analizar virtudes y defectos que reconocí en mi propia persona. Fue algo así como verse en un espejo y poder reflexionar sobre mi vida y mi trabajo. Por supuesto no éramos idénticos, pertenecíamos a mundos y generaciones distintas, pero nuestra sensibilidad era muy parecida.
Conocer un artista Cubano que vive en Venezuela me ayudo a romper con varios preconceptos que tenia sobre esas regiones azotadas por gobiernos totalitarios de izquierda.
Debatir, discutir y casi pelear por posiciones conceptuales, una excelente manera de revisar nuestros propios límites y salir de nuestros espacios de comodidad y conformidad.
No estoy seguro de cómo influí yo en el, pero no tengo dudas que para mí fue una experiencia enriquecedora, compartir mi proceso creativo y observar el proceso de otro, una dinámica poco común entre artistas.
Compartir una vivienda-taller fue un desafió intenso y diferente, en esta ocasión fue un placer.
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